Los ácidos
grasos omega 3 se conocen por sus características antiinflamatorias
y por sus efectos beneficiosos sobre la salud cerebral y el sistema
circulatorio, principalmente por la cantidad de prostanoides
anti-inflamatorios que se producen mediante biosíntesis a partir del
EPA. He de decir que aunque en algunos alimentos como pescados grasos
encontramos ciertas cantidades de EPA de forma preformada, el resto
debemos sintetizarlo a partir del ácido alfa-linolénico, genial,
entonces relajémenos, compremos W-3 y reduzcamos las enfermedades cardiovasculares. Pero no todo es tan sencillo, aunque las cantidades necesarias de EPA
y DHA diarias son relativamente pequeñas, el problema lo provocan
sus competidores. Los otros PUFAS, los omega 6 sufren un proceso de
biosíntesis similar a los W3 usando las mismas enzimas, elongasas
para añadir carbonos a la estructura del ácido graso y desaturasas
para crear dobles enlaces. ¿Y DÓNDE ESTÁ EL PROBLEMA? Si son
necesarias las mismas enzimas, lógicamente el ácido graso W3 o W6
que esté en mayor cantidad se llevará la palma. El paso más
crítico lo media la Delta-5-Desaturasa, de ácido tetrapentanoico a
EPA, esta misma enzima cataliza la conversión de ácido
dihomo-gamma-linolénico a ácido araquidónico ¿entonces quien
gana? Actualmente la ingesta de ácidos grasos de la familia W6 es
tan descontrolada que el paso de ácido eicosatetranoico a EPA se ve
limitado, ésto es relativamente facil de controlar a través de la
dieta, por lo que si tu alimentación es pésima, por muchas cápsulas
de W3 que consumas estarás tirando el dinero y la salud a la basura,
siempre he cuestionado de la seguridad de estos suplementos, que eso
da para otra entrada.
¿Sólo el EPA
tiene funciones antiinflamatorias? Desde luego no, El DHA es
biosintetizado gracias a otra elongasa y a la Delta-4-desaturasa, y
mediante otras formas directas e independientes (Ruta de Sprecher). Aquí viene lo que poca gente conoce, el EPA y DHA también tienen efecto sobre algunos receptores de las
proteínas G, hay muchos receptores de este tipo activados por ácidos
grasos, pero el EPA y DHA tienen la particularidad de activar el
GPR120, éste receptor curiosamente se encuentra en el tejido adiposo
y macrófagos en mayor cantidad, en el músculo esquelético por
ejemplo es casi inexistente. Tanto el EPA y DHA al unirse al receptor
120 de la proteína G de los macrófagos inhibe la quinasa TAK1 (TGF-Beta
Activated Kinase 1) a través de la arrestina 2, esta proteína inhibe a TAK1 así cómo la respuesta intracecular a la activación
de receptores adrenérgicos, limitando así toda la cascada de
recciones resultante en la liberación de citoquinas inflamatorias,
como es el caso del Factor de Necrosis Tumoral TNF-alpha.
En
el caso de los adipocitos, el sistema es totalmente diferente, al
unirse al receptor 120 de las proteínas G, se transloca a la membrana
una subunidad de esta proteína, la unidad 11 en concreto, que se va
a encargar de activar la Fosoinositol-3-Quinasa produciendo un
conjunto de reacciones AKT/PKB >Activa RAB mediante GTP, al igual
que ocurre con la señalización de la insulina a través de IRS. Por
lo que el consumo de ácidos grasos W3 y la mejora del ratio de los PUFAS a demás de suponer un estado menos agresivo e inflamatorio mediado por citoquinas, en personas obesas o con pérdida de la sensibilidad a la insulina que suponen
un grado de inflamación crónica debido a las altas concentraciones de ésta, a parte de los prostanoides 3, la activación de ciertas
vías mediante las proteínas G puede ser útil a la hora de mejorar ciertos marcadores de riesgo y el estado de salud general.
disculpa mi ignorancia, pero tengo una duda, si son necesarias las mismas enzimas, y por tanto compiten entre ellos, no bastaría con separar las ingestas (o suplementación), es decir, por la mañana en ayunas o con el post-entreno suplementarse con w3 y pasadas unas horas realizar una comida normal en la cual seguro que predominan los w6 ?
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